Tras la clausura de la Ludum Dare 25 y con unos reconstituyentes días de reposo mediante, volvemos de la experiencia con la maleta virtual rebosante de productos flash, alucinaciones muy probablemente achacables a la cafeína, y todo un popurrí de ideas mejor o peor plasmadas orbitando alrededor de la temática «tú eres el villano», el motivo central de esta última edición.
Para los despistados, recordar que la Ludum Dare es una competición de desarrollo exprés, en la cual los creadores —desarrolladores noveles, aficionados o veteranos de los videojuegos, una mezcolanza de un poco de todo— disponen de 48 horas irrisorias horas, apenas dos días de frenética actividad, para producir un videojuego en base a la temática que la comunidad elige. Claro está, con algunas condiciones que pueden leer aquí para no alargarnos demasiado con consideraciones técnicas. Y es que una vez probadas varias docenas de entre los nada menos que 1.327 juegos presentados, les traemos una selección de las creaciones más laureadas, organizando la pachanga conforme al siguiente criterio: Dedicamos unas palabras al ganador de cada categoría temática oficial, o bien al segundo puesto en caso de que dicho ganador «temático» sea uno de los tres vencedores absolutos. Para rematar, le pegamos fuerte a dichos ganadores. ¿Preparados?
Innovación. Rainbow — ix
Por Mariela González ‘Scullywen’
El premio en esta categoría le viene como anillo al dedo a Rainbow. Y es que estamos acostumbrados a encontrarnos al villano personificado de muchas maneras diferentes en los videojuegos, con esos mil y un atributos arquetípicos pensados para hacernos estremecer. Pero no es tan habitual que nuestro enemigo sea invisible, intangible. Un mero concepto. Y, sobre todo, que se encuentre dentro de nosotros. La tristeza es el villano de este juego, encarnada en un escenario plomizo que lo envuelve todo, y que se cierne sobre unos adorables personajillos semicirculares de perenne rostro ensombrecido. Pero para arreglar el asunto llegamos nosotros con nuestra arma: un arcoíris. Tendremos que deslizarlo por el escenario y tocar con uno de sus rayos a cada personaje para colorearlo, mudando con ello su expresión a la alegría. Lo que comienza de una manera extremadamente simple va adquiriendo complejidad (y enganchándonos de mala manera) conforme nos encontremos con diferentes tipos de obstáculos y retos. La idea es saber utilizar el arcoíris sin agotar sus rayos (tendremos que reiniciar en tal caso) y sin dejarnos a nadie sin colorear. Muy recomendable, aunque os damos un serio consejo: si sois de aquellos a quienes les cuesta enhebrar una aguja, ni lo intentéis.
RAINBOW
Diversión. (Tie One Woman to a Train Track and Suddenly) I’m the Badguy – handCraftedRadio
Por Eduardo Garabito ‘Johnny Darko’
Personalmente este I’m the Badguy es mi ganador indiscutible de entre las muchas obras de arte exprés que ha parido esta última Ludum Dare Compo. I’m the Badguy es la demostración tangible de que la simplicidad y la genialidad están a un maldito paso, y con su estética estilo Atari 2600 deja clara su apuesta por el minimalismo, ciñéndose además de la mejor manera posible a la temática tratada. Un puñado de mujeres, otro de policías, varias vías férreas y un tipo realmente malo. En el papel del sádico homicida de verde rostro, nuestra tarea consiste en atar a las chicas a las vías del tren, evitando que la policía las desate y, por supuesto, que nos eche el guante. La auténtica genialidad del juego reside en un detalle a priori irrelevante: disponemos de una tecla para reírnos al lado de nuestra víctima, y de paso aumentar la puntuación de cada atropello. Reconozco que me ha molado duramente aquello de sentirme un cabronazo mientras trato de que el muñecote se ría, esforzándome en calcular el timing perfecto para que la pobre víctima pixelada no se lo pierda.
I’m the Badguy
Double Tap – Sam Driver
Por Mariela González ‘Scullywen’
Con este título, volvemos a la tesitura de siempre: ¿dónde colocamos la línea que define a un juego de una experiencia interactiva? Realmente este Double Tap debería situarse en el segundo terreno, ya que su principal y evidente virtud estriba en el mensaje que nos transmite, en aquello que pretende hacernos sentir. Sam Driver nos coloca a los mandos ficticios de un drone, y nos lleva a un escenario indeterminado, esquemático, que sin embargo enseguida identificamos como Oriente Medio. La experiencia dura apenas unos minutos, los que tardamos en encontrar a nuestro objetivo (una figura que sale de un coche) con el visor, seguirlo hasta una mezquita y bombardearlo un par de veces. Precisamente esta brevedad es también parte del mensaje: esos segundos entre el momento de pulsar el botón y el frío estallido del misil, un intervalo que apenas percibimos, son los que separan la vida de la muerte para muchas personas. Una realidad, por desgracia, demasiado cotidiana.
Double Tap consigue su objetivo hasta cierto punto. La reflexión personal que podría haberse conseguido gracias a la carga simbólica, con una mayor sutileza, se pierde un poco con el texto final, en el que su autor expone de manera demasiado evidente su intencionalidad. Aun así, es de agradecer que este tipo de temáticas se planteen de vez en cuando, sobre todo teniendo en cuenta que el mundo de los videojuegos, tan centrado a veces en el género bélico, contribuye en cierta medida a la insensibilización.
Double Tap
Gráficos. You are the Dragon – wallmasterr
Por Mariela González ‘Scullywen’
¿Hay algún villano más carismático que un poderoso dragón? Ahora que tan de moda tenemos a Smaug, parece que es el momento propicio para recordar a este antagonista presente en tantas y tantas leyendas, y por supuesto en los entrañables cuentos infantiles que seguro que todos recordamos con una sonrisa. Precisamente de un libro de cuentos parece surgido este You are the dragon. Su nombre no engaña: efectivamente, nos pondremos en la piel de un dragón, y nuestra misión será, cómo no, aterrorizar a los infelices que han cometido el error de establecer su aldea en la ladera de nuestra montaña. El encanto reside en ese aspecto gráfico que le ha valido el premio; nuestro escamoso protagonista parece dibujado y coloreado a mano, y los aldeanos simulan figuras recortadas, como si provinieran de un libro troquelado. Incluso las llamas que arrojamos están hechas como si fueran de papel. Es una lástima que por el momento el control y los glitches entorpezcan el disfrute del juego (esperemos que su autor continúe trabajando en él), porque desde luego la idea visual es muy original y puede dar mucho más de sí.
You Are The Dragon
Sonido. Close My Side – DiscoFish
Por Mariela González ‘Scullywen’
La categoría «You are the villain» nos lleva a pensar inevitablemente en un estilo de juego como éste que ha parido DiscoFish. Sí, la música es su punto fuerte, como evidencia la categoría en la que ha triunfado, pero desde luego ésta no causaría el mismo efecto si no fuera por su oscuro, perturbador aspecto gráfico. Y, en suma, por la peculiar narración que nos plantea, que nos deja un nudo en el estómago y un mal cuerpo que tienen bastante mérito, teniendo en cuenta que hablamos de apenas unos minutos de duración. Es difícil explicar lo que se nos plantea. Crueldad, desesperación, ira. Un delirio paranoide en forma secuencial que nos atrapa, nos zarandea y finalmente nos vuelve a dejar en el sitio con el corazón a toda máquina. Nuevamente no sería del todo exacto considerarlo un juego (tan sólo nos limitamos a pinchar con el ratón en los puntos que nos indican en determinados momentos), sino más bien una experiencia, una sacudida de nuestras emociones. Respirad hondo antes de probarlo.
Close My Side
Humor. Tiny Sorceress – L
Por Mariela González ‘Scullywen’
¡El rey ha muerto! ¿Larga vida al rey?
Pues no. La hechicera Damnatia Malefacula no está dispuesta a aceptar este dicho así como así. El reino debe ser suyo, y para conseguirlo ha secuestrado a la nieta del monarca, legítima heredera al trono. Eso sí, no contaba con dos problemas bastante serios. El primero es que el prometido de la muchacha ha decidido acudir al rescate. Y el segundo es que… ella mide unas diez veces menos. Pero Damnatia no se arredra ante este pequeño inconveniente; tiene claro que va a impedir la llegada del héroe como sea, y para ello prepara una serie de trampas en su castillo. Pinchos, un ariete en forma de puño, y por supuesto su temible magia negra serán sus aliados. Aunque puede que no sea todo tan sencillo… y es que, amigos, parece que el tamaño sí que importa bastante en este caso. Por ejemplo, cuando tus pinchos apenas le hacen cosquillas en el pie al héroe. O cuando una araña te atrapa en su red y te impide continuar con tu malvado plan. Un jueguecillo divertido, o más bien una historia en la que participaremos tratando de ayudar a la hechicera diminuta a frenar el rescate. Y ya de paso asistiremos a algún que otro homenaje a títulos como Limbo (PlayDead Studios, 2010) o Trine (Frozenbyte, 2009). Tal vez no estemos ante una obra con un humor desbordante, pero sin duda nos presenta una idea bastante simpática.
Tiny Sorceress
Emociones. Harold is an Executioner – PaulSB
Por Eduardo Garabito ‘Johnny Darko’
Harold se levanta cada mañana para asesinar a sangre fría. O quizás sólo hace su trabajo, aquello que mejor sabe hacer. Harold is an Executioner se desliza a ese terreno de nadie que a estas alturas se nos está haciendo habitual: el de los point & click que tienen poco de videojuego y mucho de microrrelato. Los detractores de estos experimentos narrativos tienen en este Harold una auténtica mina de oro: feo como un demonio, extremadamente simple, y animado vilmente mediante una técnica que sólo en un caso de optimismo extremo podría compararse con un teatrillo protagonizadas por marionetas rotas rescatadas de una cuneta. Si bien los que se puedan permitir hacer un ejercicio de voluntad probablemente encontrarán, en los escasos minutos que dura la historia, un revulsivo emocional a la altura de lo que la atmósfera promete. Y cabras.
Harold is an Excutioner
Top 3 general
3. End Boss — Ditto
Por Mariela González ‘Scullywen’ y Xabier Pérez
Ah, el jefe final de los shoot’em’up, todo un clásico. Esa maligna e hiperbólica nave que se limita a bombardearnos sin ton ni son, mientras nosotros nos escabullimos entre nebulosas y le dejamos con un palmo de narices. Pero Ditto nos propone invertir las tornas y saber qué se siente por una vez dentro de ese masivo instrumento de destrucción, enfrentándose al Han Solo de turno. Con el aspecto de un gigantesco organismo compuesto de diferentes tipos de células, nuestro objetivo será esquivar a las naves y destruirlas con nuestra andanada de rayos. Nuestra envergadura será a la vez una ventaja y un inconveniente: tendremos que saber movernos por el escenario, replegándonos sobre nosotros mismos y extendiéndonos cuando nos convenga, e intentando esquivar el imparable chorro de disparos del enemigo. Con solo unas pocas teclas, podremos desatar un bullet hell a lo Ikaruga (Treasure, 2001), poniéndoselo a su vez MUY difícil a los héroes de La Tierra —eh, nosotros—. Cada tipo de célula cuenta con su propia barra de vida que puede agotarse por separado; cuando suceda, iremos perdiendo trozos y menguando nuestro tamaño. La idea es bastante curiosa, aunque puede llegar a hacerse monótona, y la machacona banda sonora no ayuda a evitar esta sensación.
END BOSS
3. (Bis) Happy Little Murder Friends – farmergnome
Por Eduardo Garabito ‘Johnny Darko’
Ahora que va pasando el efecto Retro City Rampage (Vblank Entertainment, 2012), qué mejor que otro tipo Grand Theft Auto original (a pie, eso sí) para dar rienda suelta a nuestros destructivos instintos. El objetivo: eliminar a víctimas concretas dentro de la población que pasea en una de las varias ciudades donde se desarrolla la acción. Ya si queremos ser selectivos e ir de asesino sigiloso, o bien arrasar con todo cuanto pase por delante de nuestras narices, es otro tema. Varios simpatiquísimos asesinos en serie, un montón de «fetiches» (perks, vaya) y todo un espacio urbano en el que pastar, ser atropellados como perros y fomentar el caos en alguna de sus formas. ¡Con lo que nos gusta!
Happy Little Murder Friends
2. Extinct: Humankind fade in the mist – Benjamin
Por Eduardo Garabito ‘Johnny Darko’
¡Que viva el godgame reverso! Hemos encontrado el juego idóneo para aquellos que ahogaban sims en la piscina. Nos ponemos el mono de trabajo de Dios vengativo para amargar la existencia hasta la mismísima extinción a un grupo de humanos paleolíticos terriblemente desafortunados. Pongamos que está en nuestras manos divinas el obstaculizar el periplo de nuestras hormigas humanas, a través de varias desgracias que colocar en forma de puzle sobre los futuros pasos de la tribu, con objeto de que ninguno de ellos consiga llegar hasta el anhelado pedazo de carne. Si bien al inicio las opciones se reducen a permutar las trampas en un camino lineal, los siguientes niveles se convierten en laberínticas pruebas con apenas una solución posible, pero con un buen montón de frustrantes combinaciones que examinar. Vaya suertaza que se se gastan, malditos. Disfruten de una factura técnica sorprendente y de las fabulosas animaciones. Especialmente las muertes.
Extinct: Humankind fade in the mist
1. Atomic Creep Spawner!! – deepnight
Por Eduardo Garabito ‘Johnny Darko’
A medio camino entre el relativamente moderno What Did I Do To Deserve This, My Lord? (Acquire, 2007) y el clásico Dungeon Keepers (Bullfrog, 1997), Atomic Creep Spawner!! nos invita a refugiarnos en las profundidades de una acogedora mazmorra en la que aguantar los reveses del destino cual gato (negro) panza arriba. Si se cumplen nuestros malévolos designios, esta será la última vez que ese maldito héroe entra sin llamar arrasando con nuestros tesoros a manos llenas. Como acostumbramos a hacer los jugadores en cualquier bien dungeon crawler que se precie, si lo pensamos. La idea es que el paladín no alcance su objetivo invocando distintos tipos de criaturas pixeladas con las que pararle los pies al héroe antagonista, aunque no basta con arrojar puñados de prescindibles esbirros contra el heroico pre-cadáver. El ganador de la vigesimoquinta Ludum Dare Compo rezuma encanto por los cuatro costados, y demuestra hasta qué punto puede llegar la capacidad de un ser humano bajo presión, en este caso, la de un señor curtido y ganador de otras Ludum Dare 48. Grande Sébastien Bénard.
Atomic Creep Spawner!!