Siempre me fascinó el otro lado de los videojuegos, el de competición. No solo los e-sports donde equipos con ordenadores potentísimos o con muchísimos neones compiten en ligas desgraciadamente poco conocidas en España, sino también hablo del hobby de una minoría gamer, los speedruns.
Si entras en Youtube y buscas speedrun, seguramente te encuentres con miles de videos de jugadores que acaban un videojuego en unos minutos cuando a nosotros, gente normal (casuals a sus ojos) nos lleva horas. Apreciar la variación entre estrategias, la decisión del jugador de escoger un camino, de recorrer la aventura con un arma, de saltar en el momento idóneo, es digno de aplauso sobre todo cuando ese pequeño salto le ha recortado segundos para llegar a la meta.
El año pasado, Locomalito publicó Maldita Castilla, un enorme título del cual ya hablamos aquí y que me dejó estupefacto no solo por la nostalgia ya muy mañida y comentada sino por la evolución del run & gun. Y es que Maldita Castilla se puede terminar de varias formas, pero solo una es la válida para competir.
Locomalito pensó en la escena speedrun y por ello implementó su propio cronómetro —que se activa pulsando F6 en el juego— y esa misma opción fue la que activó la idea de crear un evento donde los speedrunners compitieran por tiempos mejores y explotaran el juego hasta sus límites. Con esa idea y la gran ayuda de Adonías de Mondo Pixel y Pedro de Tovarcade, conseguimos finalmente llevar esa competición a la vida real, en el evento del año para los retrojugadores, la RetroMadrid.
ScoreGames es la web que hemos creado para almacenar vuestra guerra contrarreloj. Descárgate el juego gratuitamente, instala un programa de captura de vídeo, sube tu hazaña en Youtube o Vimeo y manda el enlace al correo que puedes ver en las bases del torneo. Si eres uno de los primeros, no solo optarás a ganar una de las unidades físicas del juego sino que además podrás competir en la RetroMadrid por la recreativa de Maldita Castilla.
No lo pienses mas, tienes hasta el 8 de Marzo para entrenar y reventar el teclado en busca del sueño mas deseado por el speedrun, una recreativa que reviente la nostalgia del juego y la de los salones de antaño —pero sin macarras que te roben el dinero—.