¿Qué tipo de música es mejor para salir a correr? Independientemente de la consideración de los diferentes gustos o preferencias que nos llevarían a responder dicha cuestión, hay que reconocer que nos gusta asociar algún tipo de música o melodía a ciertas actividades físicas. Quizás no nos hemos parado a pensarlo, pero al realizar tal acción, difícilmente podremos separar en el futuro ambos recuerdos, el de la música por un lado y el de dicha actividad por el otro.
Un claro ejemplo de esto, en el que la actividad física es protagonista, podemos verlo en la película Rocky (1976). Durante la escena de su entrenamiento, el maestro Bill Conti, compositor de la excelente banda sonora, nos deleita con un tema más que representativo que mezcla todos los principales leitmotivs de su trabajo para la película. Ahora bien, la cuestión es la siguiente: ¿puede alguien ver la escena sin que se le venga a la cabeza dicho tema? ¿Quién puede escuchar el tema sin recordar la tan famosa escena? Y es que esa es una de las funciones elementales de una buena banda sonora. No se trata de un buen trabajo solo por gustarnos en su escucha, sino también por las imágenes que acompaña. Debe haber una complementación. Música y escena deben ir cogidas de la mano, más aún cuando hay acción de por medio.
Y viene la pregunta del millón: ¿Cumple Bit.Trip Runner en este aspecto? Es más, ¿puede lo comentado aplicarse cuando de un videojuego se trata? Pues no del todo y sí, respectivamente. Todo buen jugón sabe de la importancia de una buena banda sonora en un juego, tanta o más que en el cine. El hecho de ser un medio más interactivo no elimina esa funcionalidad, más bien al contrario, y quizás que con más énfasis, ya que cuando jugamos somos nosotros quienes provocamos las situaciones y marcamos el ritmo de avance. Esto nos hace pensar que tenemos que ser algo más exigentes con una obra cuyo fin es ambientar un videojuego. Dicho esto, si ahora dirigimos la mirada al juego de Gaijin Games, podemos ver que no termina de cumplir con su cometido.
En Bit.Trip Runner, la música, compuesta por un poco conocido Matthew Harwood (el que fuera director de sonido en THQ), corre al mismo ritmo que lo hacemos nosotros, es decir, su intensidad crece mientras avanzamos a lo largo del nivel, siempre dependiendo de nuestra habilidad para evitar que nuestro amigo Commander Video se de una buena torta. Sin embargo las melodías nos dejan siempre con la miel en los labios sin llegar en ningún momento a ser aliciente suficiente para motivar por completo dicha carrera repleta de obstáculos, los cuales, por cierto, son en muy buena parte los culpables de ello. Este ritmo inconstante hace que el acompañamiento musical, aunque bueno, sea insuficiente ya que carece de la intensidad necesaria para hacerse característica dado el planteamiento del juego.
A todo esto hay que añadir un aspecto que, dependiendo del punto de vista con que se mire, puede parecer más un fallo que un acierto. Me refiero sin duda a los dos temas incluídos obra de Anamanaguchi. Dicho grupo, afincados en el llamado chiptune punk, elaboran sus melodías a través de unos sintetizadores poco convencionales: una NES y Game Boy hackeadas, y cuenta con una muy buena visión en lo que a composición para videojuegos se refiere, como ya pudimos comprobar en Scott Pilgrim vs The World con sorprendentes y gratos resultados. Anamanaguchi, en el juego que nos ocupa, acierta de pleno en la composición de dos temas que deberían haber sido el ejemplo a seguir para elaborar el resto de la banda sonora. Sin embargo, la inclusión de estos hacen que el resto de la obra palidezca y en una escucha aislada sea casi inexistente. Tristemente, y sin querer desmerecer el trabajo de Harwood, solo los temas de la famosa banda chiptune punk se nos quedarán impresos en nuestras mentes como resultado de la gran diferencia de composición e intensidad entre estos y el resto de la obra.
En definitiva, no se trata de una mala banda sonora, cumple con su cometido, pero sin destacar, a través de una composición quizás demasiado sencilla y haciéndonos el sufrimiento proporcionado por el juego algo más pesado en ciertas ocasiones. Tras pensarlo detenidamente, creo que definitivamente la banda sonora de Bit.Trip Runner no es la música más idónea para salir a correr. Ironías de la vida.