12 de noviembre, 2014

Choice of Games

Choice of the Dragon
Dan Fabulich y Adam Strong-Morse
2009
Ficción interactiva
PC, iOS, Android
www.choiceofgames.com/dragon/

Choice of the Dragon

Te conviertes en dragón. Ése era el título de uno de aquellos librojuegos negros de Dungeon and Dragons que llegó a nosotros y que nos permitía sentirnos, durante un rato y sin mucha complicación, en la escamosa piel de un reptil escupefuego. Y a eso nos dedicábamos: a soltar llamas, a evitar los objetos picudos que los maleducados héroes blandían frente a nosotros y poco más. Pero el día a día de un dragón (¿el siglo a siglo?), nos dice Choice of Games, puede ser mucho más colorido y estar plagado de decisiones bastante más controvertidas.

Tampoco nos confundamos: no estamos ante uno de esos juegos que nos sitúan contra las cuerdas del ring moral. Nada de eso. Choice of the Dragon, de Dan Fabulich y Adam Strong-Morse, es un título ligero, divertido, entrañablemente paródico en ocasiones; el más indicado para empezar a conocer cómo se las gasta Choice of Games. Podemos descargarlo gratuitamente en iOS y Android, pagando si lo queremos sin publicidad, o jugarlo desde el navegador. El punto de partida de Choice of the Dragon es el momento iniciático para cualquier ser de su especie: llega la hora de abandonar el nido, encontrar fértiles tierras que colonizar y humanos descuidados que desplumar. La historia, nuestra percepción del mundo, como es norma en la buena ficción interactiva, se va configurando a nuestro alrededor gracias a nuestras respuestas a cuestiones trascendentales…o no tanto. Nos ataca un caballero, ¿cómo elegimos destrozarle? ¿Una llamarada, un buen garrazo? O tal vez prefiramos no hacerlo, limitarnos a darle un escarmiento y dejarle que se marche como advertencia para otros. Porque estas cosas seguirán pasando, claro, mientras sigamos raptando princesas… Un momento, ¿no es una tradición un poco sexista? ¿Y si equilibramos un poco la balanza secuestrando también príncipes?

Preguntas y respuestas de lo más simpático que nos servirán para ir dando forma a nuestro dragón, no sólo en su aspecto externo sino también en su comportamiento y en su forma de encarar el entorno que le rodea. Los stats se encuentran divididos en grupos de dos, pero cada par es parte de la misma balanza, y nuestras respuestas y acciones determinarán un mayor o menor porcentaje en cada uno de ellos. La brutalidad se opone a la sutileza, la villanía a la honorabilidad y la vigilancia al descuido. Por último, tenemos un contador de infamia, que irá subiendo o bajando en función de lo malvadas que sean nuestras acciones. Y, cómo no, también habremos de tener siempre presente nuestra fortuna. El objetivo de todo buen dragón es conseguir un lecho de oro sobre el que enroscarse dulcemente cada noche. ¿Qué más se puede pedir a la vida?

En una historia en la que se sucederán escenarios comunes en clave de humor, en la que la cuarta pared se difumina con frecuencia, las decisiones aparentemente nimias revelarán al pequeño estratega que llevamos dentro. Y es que, aunque no podemos decir que el juego nos lleve a callejones sin salida (muy mal se nos tiene que dar para ello), tendremos que poner nuestra mente a trabajar en cada momento para saber aprovechar nuestros recursos, confiando en la información que nos proporciona la narración y también en los tópicos que todos tenemos asimilados. Porque al final no deja de ser una historia de fantasía clásica, con sus magos, sus goblins chapuceros que podremos emplear como si de minions se tratase y sus héroes que se reúnen en tabernas en busca de aventuras. Y nosotros somos el dragón, el Otro. La bestia mítica, la personificación de tantos miedos, tropos y prejuicios, pero también un lienzo en blanco. Podemos elegir gobernar mediante el terror sin más, hacer uso de nuestra sagacidad o incluso buscar la negociación y el entendimiento con los insignificantes humanos, convirtiendo nuestro yugo en algo casi deseable para ellos. Así que el título encierra algo más allá del mero disfrutar de ese poder incontrolado. Nos permite levantar las escamas y mirar debajo, entender al eterno antagonista como un ser con motivaciones, incluso con emociones; todo ello sin caer en complacencias ni dejar a un lado su naturaleza salvaje.

Choice of the Dragon se muestra a todas luces orgulloso de su sencillez, sacándonos una sonrisa con frecuencia. Es una delicia disfrutarlo del tirón. Un par de horas para nosotros, siglos para nuestro personaje, y una excelente puerta de entrada a esa diversidad de géneros y criaturas que pueblan el universo interactivo de Choice of Games.

Acerca de Scullywen


Una especie de bundle friki con patas: videojuegos, rol, juegos de mesa con muchas piececitas de colores, ciencia ficción y fantasía a tutiplén, cómics, series de esas que no tienen audiencia y pueblan los sueños húmedos de Joss Whedon... También escribo cosas, y a veces lo hago con las manos. Y con un gato encima del teclado.

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