Primero llegó Madrileños por el mundo, en aquellos días de Telemadrid en los que Espe aún no jodía lo que somos. Después se generalizó en Españoles por el mundo y, más tarde, vino Callejeros Viajeros. Incluso si están pudriéndose en cárceles infernales de la América latina profunda, los expatriados están de moda. Faltaría más, se han ido del país medio millón de personas. Entre ellos muchos desarrolladores de videojuegos. Es el caso de Alfredo, Dani y Quique, que nos traen sus impresiones de cómo es la vida más allá de España cuando programas videojuegos. Llamadlo Desarrolladores viajeros, o Programadores por el mundo, como queráis.
Alfredo Jiménez – NinJar Studios – Nottingham, Reino Unido (1 Mes)
Mi situación es la del recién llegado. Apenas llevo tres semanas en Nottingham, en pleno centro de Inglaterra, experimentando todavía el cambio de cultura y viviendo los primeros días del verano más frío que he pasado en mi vida. Decidí buscar trabajo en Inglaterra porque tiene un sector del videojuego muy potente y con mucha tradición. Esperaba encontrar un nivel de gestión empresarial más evolucionado, más respetuoso con el trabajador que en los empleos que había tenido anteriormente.
Así ha sido en mi caso y pude notar el cambio desde el primer segundo. Un cuaderno con el dibujo de una bandera española y un lazo como detalle de bienvenida, y una gran amabilidad por parte de los compañeros. Una de las cosas que más me extrañó el primer día fue el silencio y el volumen tan bajo de las conversaciones, algo que se agradece para concentrarte, pero que no es para nada un aliado a la hora de entender el idioma.
También me llamó la atención la prudencia con la que hablan o tratan alguna situación y, no sólo conmigo por ser el nuevo, entre ellos es exactamente igual. En general, la cultura empresarial es completamente distinta, al menos así lo noto: Se huye del pelotazo y se piensa en el medio-largo plazo como empresa y para eso hace falta tener empleados contentos y apasionados, no quemar a los trabajadores hasta que se marchan.
Todavía ando un poco desorientado en cuanto a la línea que separa ser directo a ser muy brusco en las conversaciones, así como en entender los matices y leer entre líneas. Pero sobre todo con el vocabulario. Las palabras técnicas al ser más reducidas son las que más controlo, pero, seamos sinceros, en este mundillo todo el mundo es nerd en mayor o menor medida y el vocabulario que se maneja, incluso en tu lengua materna, se hace cuesta arriba a veces. Y da igual las veces que veas Sherlock o películas de Guy Ritchie en versión original, hay acentos que son mortales los primeros días.
Enrique Hervás – Exient – Valeta, Malta (5 Meses)
Comienzo el día mirando hacia el mar y a la sobresaliente cúpula de la catedral de Valeta, esperando al autobús con los auriculares puestos. Escucho la banda sonora de Indie Game: The Movie, imaginándome ser uno de los protagonistas, un indie de éxito ¿no hacéis lo mismo vosotros? Cada día me traslado a mi trabajo en las oficinas provisionales de Exient en Malta en un cochambroso autobús, a veces lleno hasta los topes, a veces completamente vacío. Una vez en el trabajo me encuentro con equipo compuesto por una amalgama de nacionalidades, sobre todo ingleses, pero tenemos malteses, franceses, un noruego, un coreano, un holandés, un búlgaro… En fin, lo que se dice, indie, no soy: dependo de una gran empresa que depende de la IP de otra empresa aún mayor.
El trabajo en sí no es muy distinto de lo que haría en cualquier otro lado, la programación es la misma allí y aquí, pero hay una diferencia fundamental: La cultura empresarial. Los empleados de mayor categoría se preocupan de que los demás trabajadores estén a gusto, preguntan, y lo más importante: escuchan. Jamás levantan la voz, incluso estando bajo muchísimo estrés: entienden que si algo falla no es culpa del empleado, sino del proceso. Cuando algo ha ido mal, se estudia el porqué y se proponen soluciones, se aprende. Por ello hay reuniones continuamente, y se plantean nuevas ideas, nuevas vías. En general no reparan mucho en gastos: Dispositivos, estaciones de trabajo, servidores, además de café y bebidas frescas en la nevera, para cualquiera esté sediento… Lo que haga falta para que la empresa funcione. Tal vez Exient no era así en sus comienzos, y es algo que se puede permitir ahora gracias a sus nada despreciables ingresos. Tal vez sí lo era, y de ahí su éxito. Prefiero pensar esto último.
No se hizo difícil dejar el país. Una vez aceptado el empleo, la corriente te lleva. No hubo una despedida emotiva en el aeropuerto con toda la familia llorando, no me he ido a la guerra. Sólo he cogido otro avión más, con más equipaje del habitual y algo cabreado: no puedo evitar un cierto sentimiento de abandono por parte del gobierno, que no quiso tomar las medidas adecuadas para mantener a sus jóvenes formados trabajando. Se echa de menos a la familia y amigos, claro, pero estoy en permanente contacto con ellos. Lo más raro es que, no sé, tal vez sea por el mar o el idioma, pero incluso sabiendo que tardaré muchos años en volver a trabajar en el país en el que crecí (si es que eso ocurre algún día), no consigo deshacerme de la sensación de que esto son unas vacaciones, que se acabarán el próximo fin de semana y tendré que volver a Madrid a buscar trabajo desde casa de mis padres. Quizá sea eso lo que más echo de menos.
Daniel Sánchez – Codemasters – Leamington Spa, Reino Unido (6 Meses)
Mi aventura comenzó cuando, tras actualizar mi perfil en LinkedIn, empezaron a llegarme solicitudes de recruiters con ofertas de trabajo para el extranjero. Al principio tuve mis reservas con lo de mudarme a otro país, pero ya llevaba tiempo independizado, por lo que supuse que no sería un cambio demasiado grande. Además tenía ganas de dar un giro en mi vida y pensé que sería una buena oportunidad para aprender y vivir nuevas experiencias. El panorama actual de desarrollo de videojuegos en España se basa en start-ups e indies, y está muy complicado encontrar trabajo, por mucho que ahora estén empezando a dar ayudas.
Un día me llamaron por teléfono para decirme que en Codemasters habían visto mi CV y que les había interesado. Me hizo gracia que me preguntaran si ya conocía la empresa (¡Cómo no! ¡Soy un gran aficionado a la F1 y a los juegos de carreras!). El proceso fue bastante más rápido de lo que imaginaba, ni siquiera tuve que desplazarme para hacer una entrevista presencial. Tras un par de entrevistas telefónicas por Skype me hicieron una oferta. Fue aproximadamente un mes desde la primera llamada hasta que tuve el contrato firmado.
Nada más aterrizar aquí me di cuenta de que sí era un cambio bastante grande. Anteriormente, en Pyro Studios, trabajaba en un equipo relativamente pequeño de entre 25 y 30 personas. Ahora me encuentro en un equipo de 400 o más, aunque no todos trabajamos en el mismo proyecto. A pesar de ello me pude adaptar fácilmente gracias a que mis compañeros me ayudaron mucho los primeros días. Además tengo la suerte de trabajar con un equipo internacional con gente de Alemania, Sri Lanka, Francia, Suecia, Bulgaria, etc. a los que, en general, les entiendo bastante mejor que a los nativos. Aparte del idioma, quizá una de las cosas más complicadas al principio es acostumbrarse a trabajar con un teclado inglés ya que tiene todas las teclas «desordenadas».
Aunque los primeros días tuve que hacer un pequeño proyecto de prueba, para conocer el motor y adecuarme a las convenciones de nombres, etc., en realidad, la forma que tenemos de trabajar es muy similar a la que tenía en Pyro. Al fin y al cabo, un juego es un juego, estés donde estés. Es cierto que echo de menos a mi familia y a mis amigos pero no me veo volviendo a España en un futuro cercano. Antes me gustaría probar suerte en Canadá una temporada. Veremos si lo consigo.
Enrique Alcor – Mediatonic – Londres, Reino Unido (2 años)
Comencé mi andadura en la industria del videojuego anglosajona en verano de 2012. En aquel momento trabajaba en Pyro Studios y, aunque estaba contento con mi trabajo, a mi novia le surgió la oportunidad de irse a trabajar a Londres. Eso, sumado a que siempre había tenido ganas de trabajar un tiempo en el extranjero, hizo que me decidiera finalmente a emprender la búsqueda de trabajo en la capital inglesa. En poco tiempo di con Mediatonic, una empresa pequeña que estaba creciendo bastante y con un estilo de juegos muy peculiar. Hice algunas entrevistas y tests y pronto me llamaron para trabajar con ellos.
De primeras me llamó la atención la buena acogida y la tolerancia que tuvieron conmigo. Aunque había estudiado inglés desde pequeño y pensaba que tenía un nivel alto, cuando llegué no me enteraba de la misa la mitad, siendo además al principio cuando más gestiones tienes que hacer: que si abrir cuenta del banco, la seguridad social, alquilar una habitación/piso, contratar los servicios básicos e Internet… Por suerte, tanto en el trabajo como fuera, todo el mundo tiene mucha paciencia y no les molesta repetir las cosas las veces que haga falta.
En Mediatonic se usa el cada vez más clásico Scrum, con sprints de dos semanas, a lo que no me costó adaptarme a pesar de no haber trabajado nunca de esa manera. Pero la gran diferencia es la atención al trabajador. Sin llegar a ser las oficinas de Google o Facebook que tienen masajistas y rocódromo, sí que disponen de comodidades extra como bebidas gratuitas, comidas de empresa mensuales, eventos organizados fuera del trabajo… no hay más que ver las cuentas de Twitter o webs de varias empresas para ver que esto es habitual aquí. En el día a día, diría que, en general son algo más aplicados que los españoles, se suelen tomar su trabajo más en serio. No obstante, a pesar de lo que se pueda pensar sobre que técnicamente y a nivel de educación no estamos a la altura en comparación con el extranjero (al menos yo pensaba así), mi experiencia como programador que estudió Ingeniería Informática, es que, aunque aquí son más prácticos, mejor preparados para trabajar desde el primer día, en España les superamos en cuanto a base teórica. Puede que se tarde algo más en dar frutos, pero creo que es algo muy positivo a medio y largo plazo.
Lo cierto es que España se echa mucho de menos, demasiado al principio, y luego menos. Últimamente la extraño de forma no muy intensa pero sí muy constante. Mi idea inicial era estar aquí un tiempo (4-5 años) y volver con buen nivel de inglés y la experiencia de trabajar fuera, pero la decisión final dependerá en gran parte de la situación allí. Aunque el trabajo para los ingenieros informáticos en España no está tan mal comparado con otros sectores, sé que no podría trabajar en cualquier cosa (empezando por las consultoras). Una vez pruebas un empleo en videojuegos, después no te conformas con cualquier trabajo y, por desgracia, en España hay menos donde elegir. Al fin y al cabo el trabajo es el sitio donde vas a pasar más tiempo en la etapa más larga de tu vida, ¡así que más vale estar contento! No obstante intento ser optimista, y creo (¡y espero!) que la situación mejorará notablemente en los próximos años.