No sé muy bien dónde he estado estas últimas semanas (meses). Parecía una dimensión paralela en la que los días duraban apenas cuatro horas y las gastaba en ir de aquí para allá y escribir un par de líneas en páginas que nunca he llegado a completar. Mis disculpas. Pero den por sentado que el Diario del desarrollador ha vuelto… hasta que nos vayamos de vacaciones, que espero que sea tempranito porque en Madrid hace un calor terrible y no soy capaz de pensar en cómo funcionaba esto del DdD.
Aventuras o no tanto gráficas desde luego
Otro de esos juegos que salen de una jam y luego se convierten en un juego «de verdad». Está feo decirlo, claro, porque los juegos de jam son juegos en su completo derecho, pero creados con las prisas y la desesperación del tiempo que se agota. Aquí hay mucho waifu y estas cosas japonesas que están muy de moda entre la juventú del interné. Yo ni idea. Han preguntado por ahí si esto es aventura gráfica o visual novel o qué. Lo cierto es que es un simulador de barman. Emborrachas a peña en un mundo cyberpunk. Se ve que el juego es una metáfora de su creación: metes cosas en una coctelera a ver qué sale. Podéis probar la versión de jam aquí.
VA-11 Hall-A: Cyberpunk Bartender Action
El poscapitalismo
Creo que ya no puedes diseñar un juego sin mencionar, aunque sea de pasada, el Dark Souls. Me ha sucedido. Veo el trailer de Kologeon y, claro, no es Dark Souls, pero seguro que más de una vez se ha mentado alguno de los tres juegos en su desarrollo. Tiene toquecitos de hack ‘n’ slash, pero eso no quita cierta sensación de soledad e indefensión ante enemigos gigantes. Es una soledad muy lógica, por otra parte. No sé vosotros, pero vivimos un momento en el que nos sentimos impotentes ante poderes que nos superan y no conseguimos entender. Mucho menos manejar. Así que hala, tres mil palabras para mañana encima de mi mesa sobre el poscapitalismo, Dark Souls y un par de referencias a Lyotard, Habermas o Baudrillard.
Kologeon – Kickstarter
Y una botella de ron
Hay algo en los piratas que calan en cierto grupo social y que a mi me produce cierto rechazo: esa cultura del alcohol. El salir de cañitas, el ir a beber, el alcoholizarse en casa y, si te emborrachas mucho, el contar al día siguiente la batallita o lucir cierta amnesia por el mismo hecho. Si hay algo que soporto menos que la gente contando sus sueños, es la gente contando cuánto, cómo y qué bebió la noche anterior. Pues a ver cómo construyes un barco enorme que se te hunde a la mínima.
The Last Leviathan
La magia
No os voy a engañar: este juego es muy bonito. Vamos, a mi me lo parece. ¿Sabéis dónde hay magia muy bonita también? En Warcraft, la película. Podéis decir lo que queráis, pero esa magia es bella. Warcraft en general funciona como una serie de fondos de pantalla. Pero no estamos aquí para hacer crítica de cine del siglo XXI, sino para poner un vídeo y un link al proyecto de esta gente y así poder soltarle los nineros que os parezcan convenientes. Yo tengo claro que algo les voy a poner, vaya que sí.
Wizard of Legend – Kickstarter
Consolas
Resulta que yo era consolero de toda la vida. Desde la NES salte a la PS1, con su Game Boy Color de por medio, hasta la PS2 y la Wii. Un día, sin embargo, descubrí que mi modesto portátil podría mover juegos denominados indies porque solían pedir poca potencia y tenían buen rendimiento. Hasta que otro día, no días contiguos, claro, se me escacharró el portátil y, en mi locura juvenal, tiré la casa por la ventana y me compré un sobremesa. Un ordenador enorme con una luz roja que me deja ver las maravillas del Yermo en altísima definición. Y entonces sacan este juego para PS4.
Bound