La vocación de aunar arte y videojuegos es el motor de Amanita Design desde su origen, aquel ya lejano momento en que un joven Jakub Dvorský se propuso epatar a su tribunal de licenciatura con una aventurilla llamada Samorost. Pero, con el tiempo, Dvorský ha sabido rodearse de un equipo que no sólo se ha sumado a su idea con entusiasmo, sino que la ha enriquecido aportando experiencia de otros muchos ámbitos. No son muchos los estudios que pueden presumir de tener en sus filas artistas con una perspectiva amplia, para quienes el videojuego no es únicamente un medio, sino más aun un fin en sí mismo: una forma de expresión autónoma per se, capaz de moldearse aprovechando elementos de diversas disciplinas pero sin que ello suponga tener que plegarse necesariamente a las normas establecidas para ellas.
La música: los dos Dvořák y DVA
Casualidades de la vida, la labor musical en Amanita Design corre a cargo de dos personas llamadas exactamente igual: Tomáš Dvořák. Menos mal que cada uno tiene un apodo propio, aunque seguro que en las oficinas del estudio se han dado más de una anécdotas al respecto.
El «primer Dvořák», que lleva como sobrenombre Floex, es el compositor encargado de esas melodías que nos han envuelto y transportado a lejanas galaxias en Machinarium y Samorost 2. Como músico, es autor de dos álbumes instrumentales muy recomendables, entre la electrónica y el nu-jazz, llamados Pocustone y Zorya. Su fama en el ámbito musical como solista le ha hecho viajar a España para acudir al festival MiRA 2012 celebrado en noviembre de 2012 en la ciudad de Barcelona.
El «segundo Dvořák», apodado Pif, es el responsable de los efectos de sonido en los juegos anteriormente citados. Aunque no ha tenido trabajos significativos más allá de estudio de desarrollo (en su página web especifica que, pese a tener estudios relacionados con la economía, posee un espíritu creativo), cualquiera que haya jugado a alguno de los dos juegos sabe bien la excelente labor que ha realizado y la importancia que tiene a la hora de disfrutarlos.
Como novedad, en el caso de la preparación de Botanicula, la banda sonora quedaba relegada a otro grupo checo, DVA, especializados en la composición de música para películas y obras de teatro. Este trabajo para el estudio de desarrollo alternativo les ha valido el «Excellence in Audio Award» del Independent Games Festival 2012 coronándolos como máximos intérpretes musicales de la feria.
El arte visual: Václav Blín, Adolf Lachmany Jaromír Plachý
La labor de animación en Samorost 2 y Machinarium fue responsabilidad de Václav Blín, antiguo compañero de estudios de Dvorský. Es también autor de vídeos musicales interactivos con una estética… digamos que bastante particular: destacan Osada, creado en colaboración con el músico Simon Ornest, y Na tu Svatbu, para el grupo Kamil Jasmín, que ha recibido diversos galardones en la República Checa.
Machinarium contó con Adolf Lachman para su diseño de personajes y escenarios. Un artista visual que ya desde su etapa de estudiante en la Academia de Bellas Artes de Praga se interesó por el mundo del videojuego: antes de entrar en Amanita Design, en 2008, trabajó en otros estudios como Black Element Software, Illusion Softworks o Mindware Studio. Las muestras de trabajo que encontramos son muy variadas, desde trabajar en parcelas tan diferentes como la publicidad, la fotografía o la escultura, pero en algunas de ellas podemos advertir la misma estética futurista de tonos opacos y oxidados que ha otorgado una personalidad tan definida a Machinarium.
Por último tenemos a Jaromír Plachý, encargado de Botanicula a nivel de diseño gráfico. Plachý es, sin duda, uno de los más multidisciplinares de todos los artistas que componen Amanita Design. En su página web podemos ver una muestra de todos sus trabajos, que abarcan desde la animación y los cómics hasta la pintura o la escultura. Si ya con Botanicula nos damos cuenta de la gran cantidad de criaturas diferentes que pueden surgir de su mente, un vistazo por su galería nos aporta la prueba definitiva. No parece que haya dos obras iguales, aunque todas ellas comparten un toque entre surrealista y onírico.