Antes de ser uno de los dioses del particular olimpo de los indies, Edmund McMillen creó un puñado de juegos, la mayoría muy experimentales y personales, que lo fueron acomodando en las entrañas de los minijuegos con firma de autor. Un estilo propio y muy reconocible que alcanzó su auge con los archiconocidos Super Meat Boy y The Binding of Isaac. Para rescatar todos esos proyectos nació una compilación que irrumpió en Steam de una forma silenciosa, casi de puntillas. Un pack con todos esos juegos, algunos mejorados, y llenos hasta los topes de jugosos extras. El compendio en cuestión se llama The Basement Collection y su mayor reclamo es su reducido precio, teniendo en cuenta que todos nacieron como minijuegos gratuitos.
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Toni Martín
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marzo 01, 2013