Hay pocas cosas más desagradables que una mala adaptación de una obra. Sí, sin rodeos. No vamos a entrar en la tierra de nadie de las ambigüedades: si se escoge una historia para llevarla a otro formato es porque hay un mínimo interés en lo que ofrece de por sí, en lo que nos cuenta de fondo. Pura y sencilla metafísica: el formato y la forma pueden cambiar, pero no el espíritu. Esto suena a perogrullada, pero podríamos poner mil y un ejemplos de lo contrario: adaptaciones que se valen de una imagen comercial o de una fachada para construir un relato totalmente alejado en esencia, perdiendo de inmediato su razón de ser. Sabemos que no siempre es sencillo evitar esto, y por ello el esfuerzo de Telltale Games y su maestría en este campo resultan doblemente admirables. Ampliar artículo
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septiembre 10, 2013