Los viajeros son el epítome de la ambición humana. La mayoría de nosotros languidecemos, marchitamos y morimos en el mismo sillón del cual no hemos salido en toda la vida. Mírame, estoy escribiendo esto justo en el mismo cuarto, en el mismo punto exacto que me vio crecer atado a un Spectrum. Pero esa otra gente, esos que están hechos de otra pasta, los viajeros, ya cumplen con uno de nuestros anhelos primordiales: explorar. Y con eso ya cumplen por todos nosotros, sobre todo cuando van, vienen y nos cuentan sus historias. Creo que este fin de semana, creo, iré a Río Mundo.
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