Si de algo acusé a mi querida tía Lola fue de hacerme aborrecer las lentejas con chorizo. Mea culpa, de pequeño ni la Supernanny o Hermano Mayor hubiesen podido suavizar mi rebeldía. Mi amada tía sabía que me encantaban las pequeñas y redondas legumbres con unas grasientas lonchas de chorizo, y me las cocinaba cada día de la semana —mañana, tarde y noche— hasta que las aborrecí.
Ampliar artículo
ARCHIVO DE ARTÍCULOS

marzo 11, 2013