De la mezcla de fantasía épica y ciencia ficción pueden salir muchas cosas. Fábulas morales, profundas reflexiones sobre nuestra sociedad… o simplemente un cóctel paródico y descacharrante de todos los tópicos y lugares comunes de cada género. Trouble with Robots, para iOS, se decide por esto último, pero no se queda únicamente en el redoble de tambor tras el chiste. Junto a una historia divertida, que roza en ocasiones la genialidad a base de no tomarse en serio a sí misma, nos propone una mecánica que entrelaza el juego de cartas y la estrategia poniendo sobre la mesa lo mejor de cada casa.
Un momento… ¿Trouble with Robots o THE Trouble with Robots? Si sois incondicionales de Steam Greenlight o de stores como Indiegamestand, es posible que el nombre os suene, y de hace bastante tiempo. Recordáis bien: The Trouble with Robots apareció originalmente para PC en 2012, desarrollado por Digital Chestnut. Aparentemente, fue uno de estos titulillos que aterrizó en el mundo indie y se desvaneció sin pena ni gloria, con una producción a todas luces limitada y escasas ambiciones a pesar de la solidez de su mecánica. Ni siquiera pudo superar la dura criba greenlightera. Después del intento llegó el olvido, como para tantos otros… o tal vez no.
Había potencial. Cualquier aficionado a los géneros que mezcla con acierto, el deck building y la estrategia, puede darse cuenta de que tras su breve modo historia y su sencillez hay algo que merece mucho la pena. Incluso el mismo Richard Garfield se percató de ello, y desde luego no se nos ocurre mejor aval que ése. Así que no es de extrañar, en realidad, que este letargo de casi dos años haya sido una siesta para coger fuerzas. The Trouble with Robots regresa este 27 de noviembre a nuestras vidas gracias a un port para iOS (próximamente para Android) llevado a cabo por ArtCastle, contando además con la distribución de todo un grande como Play Asia. En el camino ha perdido el The del título, aunque no es el único cambio que nos podremos encontrar. El aspecto gráfico ha sido objeto de un lavado de cara importantísimo: los dibujos desgarbados del juego de PC han sido sustituidos por otros mucho más cuidados. Se pierde ese encanto del esperpento que tanta gracia nos hacía en la versión original, pero el público más exigente con estos detalles seguro que lo agradece.
Invasiones y campesinos rebeldes
Trouble with Robots nos presenta la historia de un mundo fantástico como tantos otros. Con sus campesinos partiéndose el lomo en los campos, sus elfos cantando en los bosques y sus enanos refunfuñando en las minas. Nada del otro jueves… hasta que la Liga de los Mil Planetas o Así (es muy cansado cambiar el nombre cada vez que se adhiere uno nuevo) llega con intención de conquistarlo. El malvado Voldetron (éste sí puede ser nombrado) lanza a sus robots para que conviertan el mundo en algo mucho más habitable, lejos de la barbarie medieval. Ciudades perfectamente organizadas se alzan al amparo de la Burocracia, con la intención de desterrar la ignorancia y someter a todos los habitantes al orden… pero sin pedir permiso. Y puede que los campesinos, a pesar de la dura vida que llevan, no estén del todo de acuerdo. Ni los centauros, a los que amenazan con recluir en cuadras. E incluso es posible que los elfos y los enanos estén dispuestos a olvidar por un rato sus rencillas y unirse contra el invasor…
Cada fase se divide en oleadas en las que enfrentaremos a nuestras tropas contra los robots enemigos: las batallas, conforme vayamos subiendo en número de unidades, se convertirán en auténticas lizas desenfrenadas en las que a veces será difícil ver algo. Como en en Ironclad Tactics, para crear el ejército dispondremos de un mazo de entre cinco y diez cartas, que confeccionaremos al inicio de cada fase: conseguiremos nuevas cartas según avancemos en la historia y cuando ganemos estrellas. A estas alturas ya os habréis imaginado lo que significa esta mecánica: la posibilidad (y necesidad) de adaptar nuestra estrategia al comienzo de cada fase, escogiendo sabiamente qué tropas, hechizos y combos incluir en el mazo. Eso sí, por muy bien que nos planifiquemos, el azar no queda fuera de la ecuación. Al inicio de cada oleada robaremos una mano aleatoria, por lo que también tendremos que estar muy atentos a las circunstancias y modificar nuestra táctica si es necesario, aprovechando lo que nos haya tocado y asumiendo las desventajas.
Demasiado a menudo nos encontramos con juegos en los que el uso de las cartas no pasa de ser un reclamo llamativo, una manera de aprovecharse de un género que cada vez se expande más y atrae adeptos del mundo offline, especialmente en tablets. En Trouble with Robots las cartas no son una simple excusa para jugar tropas una detrás de otra; tendremos que estar muy atentos al timing, a las combinaciones, al balanceo entre diferentes tipos de recursos a la hora de elaborar el mazo, todo ello con las limitaciones que nos marque cada fase. El modo historia puede superarse sin excesiva dificultad, puesto que prácticamente nos lleva de la mano a la hora de hacernos a la mecánica. Casi se podría decir que el camino preestablecido es, sin sentido peyorativo alguno, un inmenso tutorial; algo que nos permite centrarnos en disfrutar del humor de la historia y los diálogos. Pero son las misiones secundarias (tenemos hasta 27 líneas narrativas), la expansión y el modo de juego Limited los que encierran el verdadero reto. La dificultad aumenta sin llegar a ser frustrante, las posibilidades de personalización del mazo se vuelven más estimulantes. No estamos ante un título excesivamente largo, pero está claro que las opciones de ampliación que se avistan en el futuro cercano son inmensas.
Así es como se hace un port. Las mejoras y adiciones están perfectamente justificadas y aportan un aire fresco, que provoca que incluso quienes le diéramos la vuelta en PC y nos conozcamos la historia disfrutemos como la primera vez. Y así es como se hace un juego de cartas para tablet, por cierto. Toda una lección desde la humildad y la perseverancia.