Hace unos meses, cuando el frío azotaba sin vehemencia, me pasé por la oficina de Fictiorama Studios. Ellos me habían invitado junto a los compañeros de Nivel Oculto para mostrar los avances de su futuro juego. Aun no tenían campaña de Kickstarter y para mí no eran nadie. Para otra mucha gente, seguramente tampoco. Recibí un email de Edu que me trasladaba la invitación de desayuno con croissants. No pude negarme.
Fue una experiencia fantástica. En indie-o-rama no tenemos pretensiones periodísticas. No nos gusta anunciar el último tráiler, qué ha hecho fulanito o cuándo sale no sé quién en no sé dónde. Lo hacemos, claro, porque queremos ser un altavoz de un mundo que existe más allá de nosotros. Nos gustan las disquisiciones sesudas que otros aborrecen, ponernos en duda, a nosotros y a lo que nos rodea, hablar sobre cosas que no vemos mientras jugamos al videojuego y el contacto directo con los desarrolladores, creadores y distribuidores que sacan adelante sus proyectos como buenamente pueden.
Hemos tenido grandes experiencias con multitud de desarrolladores patrios. Nos gustaría continuar con nuestra labor. Pero de una manera más cercana. En indie-o-rama todo lo hacemos por amor al arte y porque creemos en que existe el Bien hasta en esta comunidad de adolescentes retrogrados y personas sabias. En un momento convulso, donde las etiquetas no sirven de nada y la democratización de los materiales provoca que estos se usen para algo más que puro ludismo, queremos hacer algo chovinista pero la mar de divertido. Así que hemos pensado:
¿Y si nos convertimos en cronistas de esa convulsión?
Queremos volver a repetir aquel experimento que surgió de las cabezas biempensantes de Fictiorama. Pero en vez de esperar sentados a que nos inviten, nos moveremos nosotros. Lo resumiremos en unos puntos muy simples.
Punto 1:
Queremos encontrar creadores. De cualquier tipo. ¿Estás haciendo un videojuego? Muéstranoslo. Enséñanos que tienes. ¿Qué estás haciendo otra cosa relacionada con los videojuegos? Chachi también. Pero también buscamos personalidades. Nada de notas de prensa, nada de correos prototipo enviados en copia secreta a una multitud de medios. Queremos que nos hables de tú y nos hagas gozar.
Punto 2:
La mala noticia es que nos falta infraestructura para hacerlo. Esto es: dinero. Sin dinero, no podemos salir muy lejos. De momento, nos moveremos por la capital de la nación. Madrid, vamos. Que si nos quieres pagar un viajecito a cualquier lado y tienes un sofá donde pueda dormir, también vamos.
Punto 3:
Todo lo que tienes que hacer es tener algo que mole mazo y mandarnos un email explicando el asunto. Tanto al como al . También podéis poneros en contacto por el twitter oficial de la casa o el particular de servidor.
Punto 1,5:
Repetimos, no solo queremos desarrolladores. Los videojuegos no se basan en gente que pica código. También hay escritores, artistas gráficos, incluso gente que trasciende los videojuegos para hablar de ellos mediante otras artes. Ahora me surge otra duda, aunque es tangencial: ¿es este una propuesta demasiado arrogante? Seguramente Twitter me ayude a esclarecer este punto.