No hay medias tintas con Cubit: The Hardcore Platformer Robot desde la propia elección del título. El robot protagonista tiene forma de cubo (check), el juego es un platformer con toques de runner game (check) y además sucede que… ¡un momento! Hardcore. La palabra clave es hardcore.
Y aquí me imagino que la diatriba cambiará en mucho de signo dependiendo de como afrontemos el significado de ese hardcore. ¿Significa el palabro que este es un juego para jugadores de hábitos ya bien forjados? ¿Que es un juego difícil? ¿Que se dirige a los más radicales del género? Hecho el título hecha la trampa, y heme aquí intentando arrojar mi propia conclusión. Los hechos, ejem, «objetivos» son que Cubit es un juego de plataformas, en el cual el avatar corre de manera automática, y queda a decisión del jugador el calibrar un solo aspecto: el salto. En este caso, el doble salto. Todo el juego funciona como un engranaje que se mueve al ritmo de la música; cada enemigo sigue un patrón que repetirá una y otra vez sin una mínima variación. Siempre al mismo ritmo. ¿Se han hecho ya una panorámica?
Ahora es cuando toca señalar que el juego está pensado para morir mucho. El escenario, divido en apenas nueve secciones, se expande dicotómicamente y nos va mostrando nuevos escenarios, bonitos mundos que podemos apreciar gracias a la manía del título de enviarnos de vuelta atrás al más mínimo error, sin ninguna clase de compasión. ¿Es esto hardcore? Dejando constancia de que servidor no es el mayor fan de los running games, mi limitada experiencia me indica que Cubit es 10 second run en bien, o bien Bit.Trip Runner en mal. Y que en un runner con tal énfasis en los reflejos, los tirones de rendimiento no hacen ningún favor. Estrictamente bajo ese punto de vista, ese hardcore se me antoja mal entendido. Obligar al jugador a repetir escenarios y memorizar patrones es la base de casi cualquier videojuego, pero por norma general el concepto se manipula hasta alcanzar un formato más digerible. Aquí, toca tragarlo en crudo. ¿Es eso hardcore? No es así como lo alcanzo a entender. Sin embargo, de algún modo la fórmula acaba resultando adictiva, y el resultón acabado general a buen seguro que convence a más de un jugador. Hardcore o no.