Mi piso se me hace enorme. Cuando estoy solo, que es un noventa por ciento del tiempo, lo oigo crujir, rechinar, sus paredes sudan y sus puertas y ventanas se baten contra los marcos. Mi habitación se encuentra al final de todo. Nunca sé a ciencia cierta si están llamando al telefonillo y, cuando escucho música, a veces la detengo o bajo el volumen para atisbar algún sonido que creo percibir en la distancia. Mi piso me da miedo a las doce de la mañana.
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febrero 17, 2016
Diego y Mariela se unen para conversar sobre un juego muy especial: Calendula, de Blooming Buds Studio. En esta conversación intentarán reflejar todas las sugerencias y preocupaciones que han sufrido relacionadas con un juego tan enigmático en su promoción como en su propia narrativa y jugabilidad. Lo mejor, de hecho, es no saber nada del mismo hasta haberlo jugado por completo. Por eso recomendamos encarecidamente al lector que, de no haber catado esta pequeña joya, corra rápidamente a su dealer de confianza para que le suministre el juego en cuestión. Luego, con la calma del que ha comido bien y tiene el estomago lleno, puede volver. Esta conversación es tan solo el postre.