Nos estamos convirtiendo en yonkis de las game jams. Se nos alboroza la «redacción» con cada nueva ocasión de hacer minijuegicos, moldear ideas absurdas y rematarlas en un ambiente de camaradería, galipuchos precocinados y alarmante falta de sueño. Acaba de pasar una nueva edición de la Global Game Jam, y aunque no hayamos podido asistir nada nos impide retozar entre los muchos juegos resultantes. Y esperar, suspirando nostálgicamente a la llegada de la Ludum Dare. Ampliar artículo
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