Decía Marc Chagall, pintor francés muy bien considerado dentro del movimiento surrealista, que «el arte es sobre todo un estado del alma». Razón no le faltaba. Si elevamos los videojuegos a la calidad de arte, observamos como un videojuego transmite a cada persona un estado diferente al alma —en el caso más metafísico o religioso—, que al lado más terrenal se traduce como una emoción. Los juegos indie, que no estan exentos de esta aceptación, también han sucumbido a su carácter más abstracto. Al de interaccionar con el jugador, creándole incertidumbres sobre lo que ha jugado.
ARCHIVO DE ARTÍCULOS