Vengan bundles, vengan alfas, y venga la cartera a toda prisa hacia cuidados paliativos, agonizante y rota en mil pedazos delante justo de nuestras narices. Y no es que tengamos especial inquina por sus dineros, no. Es que con semejante material cualquiera consigue echar el freno. Nuevo sábado y nueva tanda de juegazos para su disfrute. Ampliar artículo
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